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Estos relatos sexuales, son una pequeña parte de mi vida, y por supuesto están basados en hechos reales. Para empezar, comenzaré con una breve introducción sobre mí.

Me llamo Kevin, tengo actualmente 35 años y radico en Buenos aires (Argentina). Yo nací en Lima (Perú), y me traslade desde muy niño con mis padres a Argentina, ellos eran empresarios acomodados y por trabajo decidieron trasladarse a ese lindo país. Nunca olvide mis raices peruanas, y por supuesto mi cuerpo me delata, como un auténtico "cholo" peruano, de piel trigueña oscura, bien sexual y de cuerpo caliente como un fogón.

Yo creo que siempre he nacido para trabajar en la noche y disfrutar del ambiente nocturno, y de esos lindos cuerpos que merodean como ánimas en el purgatorio, bien calientes por el alcohol y el ambiente que se respira. Realmente nunca quise atarme al trabajo de mis padres, quería ser libre y disfrutar de mi juventud, y desde bien joven deje mis estudios para empezar a trabajar en uno de los locales de ambiente gay, de más glamur de Argentina llamado Paradero. Aunque yo era un chico de familia acomodada y bien consentido, pronto me dí cuenta que éste, mi primer trabajo, no era mi lugar, yá que la gente que frecuentaba este local era mayoritariamente hombres mayores y de muy buena capacidad económica, y la edad de los clientes no me motivaba en absoluto. Así estuve trabajando al menos 2 años en este local, en el que aprendí y obtuve una experiencia insuperable, que me proyecto y me dio la oportunidad de cambiar de trabajo con facilidad, y  en locales donde predominaban los chicos jovencitos (en aquella época de mi generación), que realmente me excitaban, buscando y encontrando esa felicidad que todos quisieran tener en su trabajo.  

Pronto comence a trabajar en Cocoloco, un local totalmente diferente al anterior, pero que realmente tenía una clientela bien joven y de mucho menos poder adquisitivo. 

Día a día o mejor dicho noche a noche, era objeto de deseo con las miradas de jovenes atrevidos, que con unas copas de más y aferrandose a la barra intentaban conocerme e intentaban intercambiar el número de movil. Yo no era un camarero "normal", realmente tenía en aquella época 20 años, y era el deseo de muchos, ya que era bien atractivo y sensual.

El cuerpo que tenía en esa época y el que tengo ahora también, era un cuerpo de gimnasio cultivado con el poder de conseguir cualquier trofeo, y mi mente era la de niño travieso, egoista y consentido, que me guiaba únicamente a llevar "al matadero" aquellas ovejitas tiernas y descarriadas. También tengo que comentaros la naturaleza me ha dado una buena pieza entre las piernas, tengo 20 centimetros de carne y además cabezona, lo que hacia que fuera más provocadora para la vista y el sentido de los demás.

Bueno mi primera relación sexual fue con mi vecino, yo tenia 17 años y el tenía 18 años, y por supuesto se enamoro de mi, porque aunque creo que el habia tenido ya bastante sexo, no había encontrado aún ningún niñato macho que le hiciera sentirse una mujer en la cama. Por supuesto terminamos a los meses, y yo segui teniendo sexo de tarde en tarde, hasta que realmente encontre la solución perfecta, para cumplir con la misión que "Dios" me había encomendado, hacer feliz a los jovencitos niñatos de aquel país, de culos blancones y piel virgen, dándoles la experiencia que se merecen para emprender la vida sexual con buen pie.

Así que estoy aquí para contaros todas las historias que por supuesto son REALES, de la primera fase de mi vida, trabajando en la noche y descubriendo el maravilloso mundo de los "tragoncetes de biberon", aquellos niñatos blanquitos y de ojos claros, que yo elegia meticulosamente y que por supuesto, no tenían reparos en el sexo y no se cansaban de mamar mi verga, hasta saciarse de la rica leche que les daba un cuerpo peruano trigueño y bien calentón.